miércoles, 15 de abril de 2009

El choque automovilístico

Es muy común en nuestras calles observar grandes imprudencias cometidas por los conductores, que terminan en accidentes de tránsito. Nadie está seguro en la carretera, debido a que muchos de los accidentes son culpa de un conductor y pocas veces de ambos. En lo personal tengo varias experiencias en accidentes automovilísticos, aunque tengo en mi mente muy presente uno que no creo poder olvidar, este choque particular ocurrió hace varios años, todavía recuerdo que estaba muy asustado y sentía cierta impotencia de no poder hacer nada al respecto.

Recuerdo que nos dirigíamos hacia San José a dejar las pertenencias de mi hermana que iniciaba su carrera universitaria, mi padre estaba manejando a una velocidad moderada, de pronto el semáforo indicó luz roja, por lo que nos detuvimos.

Sin embargo, al hacer esa parada, pasaron aproximadamente dos segundos, antes de sentir un fuerte golpe que me impulsó hacia el atrás. Un automóvil que venía detrás del carro de mi padre no logró frenar y nos impactó, esto provocó que chocáramos contra otro vehículo que venía varios metros delante, provocando una colusión múltiple, y todo esto culpa de la imprudencia de un conductor que a pesar de tener la culpa al igual que muchos la niega. Pasó aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos para que llegaran al lugar un oficial de tránsito y un inspector del INS, me parece increíble que demoraran tanto cuando sus oficinas se encuentran a 15 minutos del lugar.

Además, en el lapso de tiempo entre el choque y la llegada del inspector del INS, tuve un fuerte dolor en el cuello, sentía que el mundo me daba vueltas. Al finalizar todo y llegar a mi casa, mis padres decidieron llevarme al hospital, para descartar cualquier problema, y así fue. A diferencia de los del INS y el tránsito, en el hospital la atención fue eficiente, a pesar de las críticas que comúnmente se escuchan contra ellos.

Ya han pasado cinco años desde ese aterrador momento, pero diariamente veo en las noticias que se sigue repitiendo en nuestras carreteras, aunque ese no fue el único accidente en el que he estado involucrado, por la forma en la que se dio, es simplemente inolvidable, el único culpable fue el conductor del vehículo trasero que por tratar de llegar antes, desperdició mucho tiempo y gastó mucho dinero en reparaciones, debemos tomar conciencia todos los costarricenses de que los vehículos se convierten en peligrosas armas al estar en manos de personas imprudentes que no piensan en el daño que puede provocar una decisión.

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Andrey Monge S

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